INTRODUCCIÓN GENERAL
Dinámicas
de grupo.
Aproximación
a las dinámicas de grupo.
Las
dinámicas de grupo son procesos de interacción entre personas,
mediante situaciones ficticias, planteadas con objetivos concretos.
En ellas se mostrará la conducta global y las variaciones de la
conducta individual de sus miembros bajo la influencia del grupo. El
objetivo de las dinámicas radica en el aprendizaje, tanto teórico
como práctico, a partir de lo que el participante <<siente y
vive>>.
Dinámicas
de grupo y relaciones humanas.
Las
dinámicas de grupo permiten llegar a relaciones humanas más
profundas y posibilitan el desarrollo de actitudes personales y,
hacia los demás, a través de la libre expresión.
Las
dinámicas de grupo son la forma de expresión de la riqueza
inagotable de las relaciones humanas, diseñadas por el ser humano
para el ser humano, para descubrir y vivir emociones nuevas; abriendo
sentimientos positivos de autoestima, de tolerancia y de respeto
hacia los otros. Además,, con las dinámicas de grupo se puede
lograr que las creencias erróneas y los prejuicios hacia los demás
se desvanezcan como si hubieran sido ilusiones o espejismos.
Diferentes
tipos de dinámicas.
Las
dinámicas de grupo se pueden clasificar en:
- Dinámicas de presentación: facilitan un primer acercamiento y contacto entre los miembros del grupo. Su objetivo es aprender los nombres y algunas características mínimas de cada uno. Estas técnicas pueden emplearse durante los primeros días de vida del grupo.
- Dinámicas de conocimiento y confianza: permiten a los miembros de un grupo compartir información sobre sí mismos, encontrando puntos en común y diferentes entre ellos.
- Dinámicas de emociones: tienen como objetivo que cada persona aprenda a tomar conciencia de sus propios sentimientos y pueda expresarlos convenientemente.
- Dinámicas de autoestima: pretenden que cada persona tome conciencia de lo que piensa y siente respecto a sí misma.
- Dinámicas de cohesión y colaboración: suponen el afinamiento de la confianza en el grupo. Se trata de que cada persona encuentre su lugar en el grupo, adquiriendo seguridad en sí mismo y en su relación con los demás y que, reconozcan sus necesidades y limitaciones, siendo capaz de expresarlas en grupo. Es importante que el grupo aprenda a colaborar y a trabajar conjuntamente, por ello, es necesario establecer algunas normas de funcionamiento tales como escuchar activamente, respetar los turnos de palabras, tomar iniciativas, etc.
- Dinámicas de habilidades sociales y de resolución de conflicto: tienen como objetivo adquirir las destrezas y estrategias necesarias para resolver conflictos de una forma dialogada. Se trata de ser capaz de escuchar activa y empáticamente y ser capaz de defender los propios intereses con argumentos. La finalidad es que las personas y los grupos sepas llegar a acuerdos por consenso.
Creación
y aplicación de dinámicas de grupo.
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¿Creación o aplicación?
Las
dinámicas adquieren carácter de actividad lúdica porque ofrecen la
oportunidad de experimentar vivencias bajo la forma de juegos que
permitirán a los participantes obtener mayor provecho de la
experiencia.
En
función de los objetivos se puede encontrar un sinfín de dinámicas
ya elaboradas, pero puede ocurrir que no se encuentre la dinámicas
ideal que se busca. En este caso, se puede optar por dos
alternativas:
- Adaptar una dinámica ya existente: la adaptación puede ser muy eficaz ya que conociendo al grupo se puede encajar perfectamente dando resultados aún mejores.
- Crear una dinámica en función de los objetivos que se pretende conseguir: aunque requiere mayor experiencia, puede convertirse en una sumamente interesante y enriquecedora. Si se adquiere la costumbre, el aprendizaje y la previsión, los resultados que se adquieren serán sumamente valiosos.
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Estrategias para la creación de dinámicas.
Para
crear dinámicas se puede utilizar la estrategia de Disney. Su
estrategia se basaba en dos principios: por una parte, el buscar
ideas y posibilidades y organizarlas en secuencias de acciones de
manera que cada una contribuyese al éxito final. El otro principio
se basaba en evaluar el diseño de la forma más crítica posible,
tratando de descubrir posibles problemas con los que se podría
encontrar.
Criterios
para asegurar que una dinámica pueda tener éxito:
- Que esté bien diseñada en cuanto a etapas, secuencias y tiempo.
- Que todos los participantes vivan cierta medida de éxito.
- Que ofrezca aprendizaje.
- Que tenga por lo menos un objetivo descubierto y uno encubierto.
- Que logre que los participantes lleguen un poco más allá de sus habilidades habituales, lo que los motivará dentro de su zona de comodidad.
Prever
los problemas que pueden surgir: una vez que se haya diseñado
la dinámica, es conveniente analizar qué puede salir mal. El
análisis de los posibles problemas se ha de realizar para cada una
de las dinámicas.
Si los
problemas que puedan surgir son graves, el educador ha de recapacitar
sobre la conveniencia de llevar a cabo la dinámica. Si los problemas
son leves, hay que tenerlos en cuenta y manejarlos de manera que se
minimice su efecto.
Programación
de actividades.
La
intervención en grupos se concretará en el diseño y realización
de actividades, mediante las cuales se pretende que el grupo
funcione, avance, sea productivo y alcance los objetivos
determinados.
Las
actividades requieren una programación que se compone de tres fases:
planificación, aplicación y evaluación.
Planificación
de la actividad.
En la
planificación de las actividades de grupo se deberá tener en
cuenta:
1.-
Determinar las necesidades, formular los objetivos y seleccionar las
técnicas: el primer paso de la intervención en un grupo consiste en
hacer una valoración de las necesidades que el grupo presenta y en
base a ellas elaborar los objetivos que deseamos alcanzar. Según
cada caso o situación se utilizarán unas u otras técnicas. En cada
ocasión el profesional adoptará, creará o adaptará las más
apropiadas en función de las características del grupo y de los
objetivos previstos.
2.- Las
características del grupo:
- Los
integrantes: se deberán establecer los criterios para su formación:
edad, intereses, necesidades, nivel educativo, cultura, motivaciones,
etc.
- El
tamaño del grupo: cada actividad exige un número determinado de
participantes. Si hay demasiados, un recurso útil es dividir el
grupo en subgrupo. El educados con grupos grandes requieren de mayor
preparación y experiencia en su conducción. En el grupo pequeño
hay mayor posibilidad de interacción, más cohesión y más
seguridad entre sus miembros y más permisividad.
-
Grupos permanentes u ocasiones: aunque en ocasiones se podrá
trabajar con un grupo fijo, en la mayoría de los casos con quienes
no va a poder seguir un proceso a largo plazo.
3.- El
espacio: en el que se realizará la actividad debe reflejarse en la
planificación. No se puede aglomerar a un grupo en un espacio
pequeño, insalubre o donde pueda tener barreras físicas de
comunicación.
4.- El
tiempo: el factor tiempo es también muy importante ya que cada
actividad debe tener una duración previamente establecida. En ningún
caso puede dejarse una actividad a medias pues se perderán los
objetivos. El tamaño del grupo es un factor que interviene en la
organización del tiempo, especialmente en lo que a la evaluación de
la actividad se refiere.
5.- Los
materiales: algunas actividades van a requerir instalaciones o
equipos como escenario, pizarra, cañón y pantalla de proyección,
vídeo, etc. otras necesitarán materiales que se han de elaborar
cartulinas con nombres o frases, etiquetas, etc. o comprar globos,
pegatinas, hilo de colores, etc. Conviene que el material esté al
alcance de los participantes para evitar las prisas y la
improvisación innecesaria. Es conveniente que el educador disponga
de un pequeño almacén para guardar el material de todo tipo. Para
facilitar esta tarea, el material deberá estar organizado y
clasificado.
6.- La
síntesis de la actividad: la ficha.
Para
reflejar formalmente la planificación de una actividad será de
inestimable utilidad guiarse por una estructura (guión) que recoja
coherentemente todo aquello que se pretende llevar a cabo. Para lo
cual se hace necesario usar una ficha que no sólo servirá para
clasificar las distintas actividades sino también para organizarlas
adecuadamente.
7.-
Ejecución: si la actividad se ha planificado adecuadamente, la
puesta en práctica no debe presentar demasiadas dificultades. De
todas maneras, la pericia de la persona que ejerce de educador será
fundamental para el éxito de la actividad. Existen unas reglas
básicas en el comportamiento de esta figura en la aplicación de
cualquier actividad que es necesario tener en cuenta. El animador
debe:
-
Conocer los fundamentos teóricos y la estructura de cada técnica,
así como sus posibilidades y riesgos.
-
Seguir los procedimientos que hayan sido establecidos previamente.
-
Aplicar las técnicas con objetivos claros y concretos.
- No
poner en práctica actividades <<justas de tiempo>>, ni
con prisas.
-
Conocer las características del grupo.
-
Evitar la competitividad.
-
Fomentar la participación en un clima de creatividad y respeto.
-
Asegurarse de que todos los participantes comprenden en qué consiste
cada dinámica y de que acepten las reglas, que previamente
conocerán.
- Hacer
la evaluación (reflexión) con el grupo una vez finalizada la
actividad.
El
animador no deberá:
- Dirigir para lucirse y ser el centro de atención.
- Improvisar una actividad.
- Experimentar para ver qué resultados da.
- Utilizar una técnica si no tienen capacidad para controlarla.
8.-
Evaluación: una vez finalizada la actividad se anima a los
participantes a expresar sus opiniones sobre la experiencia y a
reflexionar sobre todo lo que han experimentado, sentido o aprendido.
El profesional procurará que se cree un clima de confianza, libertad
y respeto que facilite el debate entre los participantes. Asimismo,
se alentará a las personas más tímidas o introvertidas a
expresarse y participar sin ponerles nunca en evidencia. Por último,
resulta importante que el grupo pueda identificar los puntos clave de
su propio aprendizaje. Se valorará si la actividad ha sido útil, si
ha servido a los objetivos planteados, si los participantes lo han
pasado bien, etc. con todas estas consideraciones se estará en
disposición de decidir si es una actividad que deberá repetirse en
un futuro y qué modificaciones o retoques se le deben incorporar.
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