jueves, 5 de diciembre de 2013

INTRODUCCIÓN GENERAL

INTRODUCCIÓN GENERAL
Dinámicas de grupo.

Aproximación a las dinámicas de grupo.
Las dinámicas de grupo son procesos de interacción entre personas, mediante situaciones ficticias, planteadas con objetivos concretos. En ellas se mostrará la conducta global y las variaciones de la conducta individual de sus miembros bajo la influencia del grupo. El objetivo de las dinámicas radica en el aprendizaje, tanto teórico como práctico, a partir de lo que el participante <<siente y vive>>.

Dinámicas de grupo y relaciones humanas.
Las dinámicas de grupo permiten llegar a relaciones humanas más profundas y posibilitan el desarrollo de actitudes personales y, hacia los demás, a través de la libre expresión.
Las dinámicas de grupo son la forma de expresión de la riqueza inagotable de las relaciones humanas, diseñadas por el ser humano para el ser humano, para descubrir y vivir emociones nuevas; abriendo sentimientos positivos de autoestima, de tolerancia y de respeto hacia los otros. Además,, con las dinámicas de grupo se puede lograr que las creencias erróneas y los prejuicios hacia los demás se desvanezcan como si hubieran sido ilusiones o espejismos.

Diferentes tipos de dinámicas.
Las dinámicas de grupo se pueden clasificar en:
  • Dinámicas de presentación: facilitan un primer acercamiento y contacto entre los miembros del grupo. Su objetivo es aprender los nombres y algunas características mínimas de cada uno. Estas técnicas pueden emplearse durante los primeros días de vida del grupo.
  • Dinámicas de conocimiento y confianza: permiten a los miembros de un grupo compartir información sobre sí mismos, encontrando puntos en común y diferentes entre ellos.
  • Dinámicas de emociones: tienen como objetivo que cada persona aprenda a tomar conciencia de sus propios sentimientos y pueda expresarlos convenientemente.
  • Dinámicas de autoestima: pretenden que cada persona tome conciencia de lo que piensa y siente respecto a sí misma.
  • Dinámicas de cohesión y colaboración: suponen el afinamiento de la confianza en el grupo. Se trata de que cada persona encuentre su lugar en el grupo, adquiriendo seguridad en sí mismo y en su relación con los demás y que, reconozcan sus necesidades y limitaciones, siendo capaz de expresarlas en grupo. Es importante que el grupo aprenda a colaborar y a trabajar conjuntamente, por ello, es necesario establecer algunas normas de funcionamiento tales como escuchar activamente, respetar los turnos de palabras, tomar iniciativas, etc.
  • Dinámicas de habilidades sociales y de resolución de conflicto: tienen como objetivo adquirir las destrezas y estrategias necesarias para resolver conflictos de una forma dialogada. Se trata de ser capaz de escuchar activa y empáticamente y ser capaz de defender los propios intereses con argumentos. La finalidad es que las personas y los grupos sepas llegar a acuerdos por consenso.

Creación y aplicación de dinámicas de grupo.
. ¿Creación o aplicación?
Las dinámicas adquieren carácter de actividad lúdica porque ofrecen la oportunidad de experimentar vivencias bajo la forma de juegos que permitirán a los participantes obtener mayor provecho de la experiencia.
En función de los objetivos se puede encontrar un sinfín de dinámicas ya elaboradas, pero puede ocurrir que no se encuentre la dinámicas ideal que se busca. En este caso, se puede optar por dos alternativas:
  • Adaptar una dinámica ya existente: la adaptación puede ser muy eficaz ya que conociendo al grupo se puede encajar perfectamente dando resultados aún mejores.
  • Crear una dinámica en función de los objetivos que se pretende conseguir: aunque requiere mayor experiencia, puede convertirse en una sumamente interesante y enriquecedora. Si se adquiere la costumbre, el aprendizaje y la previsión, los resultados que se adquieren serán sumamente valiosos.
. Estrategias para la creación de dinámicas.
Para crear dinámicas se puede utilizar la estrategia de Disney. Su estrategia se basaba en dos principios: por una parte, el buscar ideas y posibilidades y organizarlas en secuencias de acciones de manera que cada una contribuyese al éxito final. El otro principio se basaba en evaluar el diseño de la forma más crítica posible, tratando de descubrir posibles problemas con los que se podría encontrar.
Criterios para asegurar que una dinámica pueda tener éxito:
  • Que esté bien diseñada en cuanto a etapas, secuencias y tiempo.
  • Que todos los participantes vivan cierta medida de éxito.
  • Que ofrezca aprendizaje.
  • Que tenga por lo menos un objetivo descubierto y uno encubierto.
  • Que logre que los participantes lleguen un poco más allá de sus habilidades habituales, lo que los motivará dentro de su zona de comodidad.
Prever los problemas que pueden surgir: una vez que se haya diseñado la dinámica, es conveniente analizar qué puede salir mal. El análisis de los posibles problemas se ha de realizar para cada una de las dinámicas.
Si los problemas que puedan surgir son graves, el educador ha de recapacitar sobre la conveniencia de llevar a cabo la dinámica. Si los problemas son leves, hay que tenerlos en cuenta y manejarlos de manera que se minimice su efecto.

Programación de actividades.
La intervención en grupos se concretará en el diseño y realización de actividades, mediante las cuales se pretende que el grupo funcione, avance, sea productivo y alcance los objetivos determinados.
Las actividades requieren una programación que se compone de tres fases: planificación, aplicación y evaluación.
Planificación de la actividad.
En la planificación de las actividades de grupo se deberá tener en cuenta:
1.- Determinar las necesidades, formular los objetivos y seleccionar las técnicas: el primer paso de la intervención en un grupo consiste en hacer una valoración de las necesidades que el grupo presenta y en base a ellas elaborar los objetivos que deseamos alcanzar. Según cada caso o situación se utilizarán unas u otras técnicas. En cada ocasión el profesional adoptará, creará o adaptará las más apropiadas en función de las características del grupo y de los objetivos previstos.
2.- Las características del grupo:
- Los integrantes: se deberán establecer los criterios para su formación: edad, intereses, necesidades, nivel educativo, cultura, motivaciones, etc.
- El tamaño del grupo: cada actividad exige un número determinado de participantes. Si hay demasiados, un recurso útil es dividir el grupo en subgrupo. El educados con grupos grandes requieren de mayor preparación y experiencia en su conducción. En el grupo pequeño hay mayor posibilidad de interacción, más cohesión y más seguridad entre sus miembros y más permisividad.
- Grupos permanentes u ocasiones: aunque en ocasiones se podrá trabajar con un grupo fijo, en la mayoría de los casos con quienes no va a poder seguir un proceso a largo plazo.
3.- El espacio: en el que se realizará la actividad debe reflejarse en la planificación. No se puede aglomerar a un grupo en un espacio pequeño, insalubre o donde pueda tener barreras físicas de comunicación.
4.- El tiempo: el factor tiempo es también muy importante ya que cada actividad debe tener una duración previamente establecida. En ningún caso puede dejarse una actividad a medias pues se perderán los objetivos. El tamaño del grupo es un factor que interviene en la organización del tiempo, especialmente en lo que a la evaluación de la actividad se refiere.
5.- Los materiales: algunas actividades van a requerir instalaciones o equipos como escenario, pizarra, cañón y pantalla de proyección, vídeo, etc. otras necesitarán materiales que se han de elaborar cartulinas con nombres o frases, etiquetas, etc. o comprar globos, pegatinas, hilo de colores, etc. Conviene que el material esté al alcance de los participantes para evitar las prisas y la improvisación innecesaria. Es conveniente que el educador disponga de un pequeño almacén para guardar el material de todo tipo. Para facilitar esta tarea, el material deberá estar organizado y clasificado.
6.- La síntesis de la actividad: la ficha.
Para reflejar formalmente la planificación de una actividad será de inestimable utilidad guiarse por una estructura (guión) que recoja coherentemente todo aquello que se pretende llevar a cabo. Para lo cual se hace necesario usar una ficha que no sólo servirá para clasificar las distintas actividades sino también para organizarlas adecuadamente.
7.- Ejecución: si la actividad se ha planificado adecuadamente, la puesta en práctica no debe presentar demasiadas dificultades. De todas maneras, la pericia de la persona que ejerce de educador será fundamental para el éxito de la actividad. Existen unas reglas básicas en el comportamiento de esta figura en la aplicación de cualquier actividad que es necesario tener en cuenta. El animador debe:
- Conocer los fundamentos teóricos y la estructura de cada técnica, así como sus posibilidades y riesgos.
- Seguir los procedimientos que hayan sido establecidos previamente.
- Aplicar las técnicas con objetivos claros y concretos.
- No poner en práctica actividades <<justas de tiempo>>, ni con prisas.
- Conocer las características del grupo.
- Evitar la competitividad.
- Fomentar la participación en un clima de creatividad y respeto.
- Asegurarse de que todos los participantes comprenden en qué consiste cada dinámica y de que acepten las reglas, que previamente conocerán.
- Hacer la evaluación (reflexión) con el grupo una vez finalizada la actividad.
El animador no deberá:
  • Dirigir para lucirse y ser el centro de atención.
  • Improvisar una actividad.
  • Experimentar para ver qué resultados da.
  • Utilizar una técnica si no tienen capacidad para controlarla.

8.- Evaluación: una vez finalizada la actividad se anima a los participantes a expresar sus opiniones sobre la experiencia y a reflexionar sobre todo lo que han experimentado, sentido o aprendido. El profesional procurará que se cree un clima de confianza, libertad y respeto que facilite el debate entre los participantes. Asimismo, se alentará a las personas más tímidas o introvertidas a expresarse y participar sin ponerles nunca en evidencia. Por último, resulta importante que el grupo pueda identificar los puntos clave de su propio aprendizaje. Se valorará si la actividad ha sido útil, si ha servido a los objetivos planteados, si los participantes lo han pasado bien, etc. con todas estas consideraciones se estará en disposición de decidir si es una actividad que deberá repetirse en un futuro y qué modificaciones o retoques se le deben incorporar.

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